Fotografías JCuenca. Sant Pere de Rodes.
Fotografía Anna Cuenca. Costa de Cap de Creus.
Fotografía Celia Cuenca. Playa de Port de la Selva.
Hacía tiempo que teníamos programada la excursión y yo estaba pendiente de la previsión meteorológica. Habían comunicado que durante el puente llovería, pero en las últimas previsiones anunciaron que de todos los días el domingo sería el que mejor tiempo haría. Pensé: qué bien, coincide con el día de nuestra salida. Amaneció un día gris, pero yo confiaba en que se abriese un claro que nos permitiese ver un cielo azul resplandeciente. Fuimos en coche. A unos cuarenta Kilómetros de Barcelona cerca del Montseny, el parabrisas a toda velocidad era incapaz de despejar el agua que caía. Esta montaña, cercana a Barcelona y tan magnífica en otoño, actuaba de barrera a las nubes. Pensé que era lógico que aquí lloviera así. Efectivamente, más adelante apenas llovía, pero el cielo permaneció gris todo el tiempo.
La carretera de curvas que subía hacia el monasterio nos ofrecía un paisaje de verdes y grises. Nos paramos poco antes de llegar y vimos la costa entre brumas. Planos de intensidades diferentes daban profundidad y se adentraban en el mar con bordes blancos al romper de las olas.
Seguimos la ruta y al poco tiempo aparcamos el coche. Caminamos mientras caían algunas gotas y ante nosotros apareció Sant Pere de Rodes en la ladera de la montaña de Verdera. La escenografía con la niebla era espectacular y dotaba de misterio al lugar. A pesar de que el día no era como esperábamos, lo disfrutamos. Hice fotos y la niebla nos dió una visión enigmática y encantadora de este lugar, centro de peregrinación del El camí de Sant Jaume (Camino de Santiago). JCuenca.