No vi a nadie en Amsterdam que fuese en bicicleta con mala cara. Parecían felices y eran tan hábiles que podían llevar el paraguas o bolsas de compra con una mano y conducir con la otra
Estas fotografías que hice de bicicletas, me sirven para ilustrar la entrevista de La Contra de LA VANGUARDIA.
Sin dudar la bicicleta es un medio de transporte saludable, que dejaría la ciudad limpia de contaminación si se utilizase masivamente y además no hace ruido.
Reproduzco abajo una parte de la entrevista.
A paso de mariposa
"No te importa la lluvia porque se respira mejor, te encanta la primavera porque puedes oler las flores, no te preocupa el frío porque tienes ropa de abrigo, no te preocupa el calor. No te preocupa el tiempo porque no lo pierdes, no te preocupa el dinero porque para moverte no lo necesitas", este poeta de la bicicleta cantó durante 19 meses en su blog, La revolución de las mariposas (convertido en libro por Ed. Icària), el goce de ir por la ciudad a paso de mariposa, alegato para sumar más ciclistas a su personal revolución urbana para conquistar una ciudad más habitable. "Es imposible hallar el equilibrio cuando uno no se mueve por sí mismo, cuando le llevan y le traen como a un paquete".
Y usted pretende la revolución de las mariposas. Encontré en los lepidópteros el mejor ejemplo, porque son bichitos frágiles, preciosos, llenos de colores, capaces de recorrer 10.000 kilómetros tranquilamente, sin molestar, embelleciendo el paisaje y nunca en línea recta, sino a su libre albedrío. También los hay que embisten. Silencio, ausencia de peligro, incremento de los reflejos, salud, sabiduría... ¿Sabiduría? Sabes dónde vives, dónde está el pan que te gusta, el mejor café... conoces todos los rincones. Crece tu capacidad de observación, multiplicas la curiosidad y terminas por convertir la belleza en el mejor de los caminos. Para mejorar nuestro conocimiento, decía Descartes, debemos aprender menos y contemplar más. La gente no suele conocer ni su barrio: se levantan cogen el coche o el metro, llegan al trabajo, comen el menú de siempre, y por la noche recorren el mismo trayecto, y si paran para hacer alguna compra, lo hacen en los cuatro sitios de siempre. Somos criaturas de costumbres hasta el hastío. Hay ciudades que tienen la bicicleta muy asumida, aprendamos de ellas: Amsterdam, Bruselas, Pescara; en Alemania puedes cruzar el país en un carril. Ciudades en las que la gente va a comprar y a buscar a los niños al cole en bicicleta, en las que mandan las personas por encima de las máquinas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario