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Viendo
el cuadro La Virgen de la aldea, pintado entre 1938 y 1942 resulta
dificil vincularlo con esa época convulsa de la Segunda
Guerra Mundial. Chagall se desvincula en su obra de la crítica social o
el compromiso revolucionario y se centra en la tradición popular y las
vanguardias. Así su vocabulario iconográfico está vinculado a sus
vivencias personales arraigadas en la comunidad
judía a la que perteneció en Vitebsk y a su formación en París a
principios del pasado siglo. Chagall utiliza elementos de la realidad
para relacionarlos, en un espacio libre de las leyes de la
perspectiva.
La Virgen vestida de novia sostiene al Niño en sus brazos, rodeada de ángeles músicos, junto a una vaca que toca el violín, ingrávidos sobre un pueblo en la montaña.
La Virgen vestida de novia sostiene al Niño en sus brazos, rodeada de ángeles músicos, junto a una vaca que toca el violín, ingrávidos sobre un pueblo en la montaña.
Al igual que
el Greco, Chagall hace visible esos seres celestiales que flotan, y
donde al parecer los animales no tocan los instrumentos por casualidad,
sino que participan de la "alegría de vivir". Son felices en el mas
allá, mientras que en el más acá, en la época que fue pintado el cuadro,
la guerra exterminaba a la población. Chagall nos muestra un espacio de
felicidad en vez de una cruda realidad.
Comentario y fotografía JCuenca.
1 comentario:
Es muy de agradecer que aparezca esta entrada sobre La Virgen de la Aldea, de Marc Chagall, en los blogs de arte, entre otras cosas, porque demuestra el buen gusto y la sensibilidad del autor del blog ante un cuadro magmífico, que ya ha merecido un extenso artículo que recomiendo, <>, que se puede leer en internet, escrito por María del Carmen García Estradé.
María Ignacia
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